Recientemente tuve una discusión con un amigo acerca del porqué no tengo novia. Aseveró que siempre estoy dando pretextos para agarrar, que la busque.
Bien, las cosas son más complejas que eso. Ojalá pudiera ir a ese lugar donde se reúne el resto de los de mi especie, señalar una de las mujeres, subirla a mi semental negro y cabalgar al horizonte… o algo así.
Y es que recientemente formalizó su noviazgo con una muchacha, le había mencionado que hay una muchacha que despierta mi interés, y a la que me gustaría cortejar, pero hasta el momento no he tomado acciones.
No creo que sea tan poco intuitiva para no darse cuenta que me gusta, y que me ha gustado desde que nos conocimos. Pero ella puntualiza el “Amigo”, cuando se dirige a mí. Nunca creí que esa palabra sonaría tan terrible.
Demás ella recientemente salió de una relación con un gusanillo con el que estuvo más del año y salió lastimada.
Quienes me conocen mis amores, mis sueños de celuloide… y saben que mis sentimientos van más allá del cascarón y de las acciones “políticamente incorrectas” que suelo realizar. Sé que siempre es un “No eres tú, soy yo”… y sí soy yo el del problema.
Lo que nadie sabe es sobre mis “phantasms”. Esos entes que pululan en los rincones de mi alma y mi mente que me han hecho ver a la mujer como la veo, y desear lo que deseo. Esos ángeles sensuales que construyeron en mi mente el monumento sin rostro de la que debe ser mi dueña.
Quizá el primero de ellos fue Misha ¿Quién es Misha? Simplemente la mujer más hermosa que he visto.
Es una modelo rusa que entre el 99 y el 2001 fue fotografiada por algunos artistas de la lente del antiguo imperio rojo, levantándose como una leyenda entre los seguidores de ese arte.
Poco o nada se sabe sobre ella, más allá de que uno de de los fotógrafos que la inmortalizaron estaba obsesionado con su belleza y la tomó como su musa.
No soy el único. Hay muchos que aún hoy están prendados de sus formas sublimes, su piel pálida y su cabello como el del atardecer, un naranja fuego que contrasta con el azul hielo de sus ojos, que sin embargo son dulces y cálidos.
La perfección de su cuerpo, desde sus pies sin ninguna dureza hasta esa pequeña cicatriz sobre su nariz, seguramente producto de alguna travesura infantil, conforma un canon en las estancias de mi pensamiento colocándola como un intangible al que me gustaría acercarme si estuviera en mis manos.
Ahora puede estar en algún departamento del bloque comunista de edificios donde fue fotografiada, quizá observando por la ventana sin saber la huella que dejó en éste y muchos otros corazones. O quizá las reformas de Vladimir Putin, y el nuevo auge económico de su país, la tocaron con suerte y se casó y vive en algún lugar lindo de los suburbios de Moscú, casada y con hijos.
¿Estoy loco? Si, me lo han dicho muchas veces. Lo cierto, es que no he sentido desde hace mucho ese click en mi corazón con ninguna mujer. Ser diferente provoca que los demás, me sean también muy distintos. Y las mujeres socarronas de boca de albañil de mi tierra natal, no se acercan a lo que el faro de mi corazón busca frenético en la noche de altamar.
Extraño mi tierra adoptiva… extraño a las mujeres de allá… extraño quien soy allá… allá…
En fin… toda esta madeja de ideas, deseos y razones sólo convergen en las respuestas que ni el tiempo ni mi entendimiento me han dado.
2 comentarios:
Y sí, hace como diez años que la recuerdo, inspiró algún que otro texto primerizo. Me encontré hoy, de nuevo, buscándola por las redes. Qué quieres que te diga, de los miles de millones de personas que usan internet a día de hoy, tú y yo nos fijamos en ella. Guardamos rasgos que se repiten en nuestras parejas. Idealizamos bytes. Nos obsesionamos levemente con muy poco. Gracias.
Yo también recuerdo a Misha de Domai y dejó un impacto en mi,jamas había visto una piel tan clara, unos ojos tan bellos y un pelo rojo tan intenso.
Después simplemente desapareció del mapa (y de las galerías de Domai, también), desde entonces me obsesioné por saber mas, pero no fue asta hace poco que descubrí un poco mas de ella.
Aunque no he logrado saber su verdadero nombre, descubrí que apareció en otros sitios también con otros alias: Kate en MetArt y Kacey en Metmodels; sin embargo también en esos sitios sus fotos han desaparecido, y sus galerías y sets removidas.
No fue asta hoy que descubrí que en 2002 uno de los involucrados en proporcionar fotos a esas páginas fue acusado de cargos de pornografía infantil; resulta que muchas de las modelos eran menores de 18.
Mientras eso pasaba, MetArt fue silenciosamente eliminado todas las imágenes relacionadas con ese estudio de todos sus sitios, alegando que ninguna de las modelos fueron menores.
Me temo que esa es la razón de la desaparición de casi todas las imágenes de nuestra Misha (Kate o Kacey) aunque, como bien sabemos, lo que llega al Internet es para siempre. Quien sabe si la volvamos a ver posando de nuevo, ahora como una mujer hecha y derecha.
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